lunes

Capitulo 2

PdV Elena.
Hace tres meses que unos seres extraños se apoderaron del control total del planeta. El día que se presentaron en los edificios más importantes del mundo como el gobierno alemán, ruso, el parlamento inglés..., incluso la casa blanca.
Eran diez las criaturas que se habían repartido los territorios del planeta. Todas ellas hermosas, tanto que se notaba que no eran, ni de lejos, humanas. A veces aparecían en la televisión o les sacaban fotos con cámaras o movieres cuando se movían entre la gente. Verlos pasear entre los humanos era una auténtica conmoción, de hecho se descubrió una nueva enfermedad, el "shock celestial". Ellos eran tan perfectos que causaban eso en algunas personas. De hecho yo lo "sufro", es como ir al paraíso cada vez que veo a uno de ellos ya sea en persona o por fotografía, ni siquiera podía recordar donde estaba, eran la perfección.
- Señorita Elena Suarez.
Me levanto del asiento y me dirijo hacia la consulta de la Doctora Méndez. Ella es mi ginecóloga.
¿Cómo estás hoy, Elena? Ya estamos en el cuarto mes. ¿Has tomado las pastillas que te di?- dice mientras me siento en una silla.
- Si, también hice el examen médico el viernes. Me siento bien.
- De todas formas seguiremos el embarazo de cerca. Yo también vi tu examen médico. Todo parece estar bien, pero no me gusta tu diabetes y mucho menos ese cansancio que dices que tienes a veces. El doctor Niñez y yo hemos notado tu falta de peso. Necesitas aumentarlo, tu IMC es muy bajo, necesito que aumentes unos 10 quilos- dice mientras se levanta de su escritorio y me acompaña a la camilla.
- Pero... estoy bien. No puedo engordar tanto.
- Estas embarazada. Tienes otra vida en tu interior. Ella también necesita comer. Ya solo por la diabetes, se podría calificar tu embarazo de riesgo. Ese peso tan bajo, aumenta mucho el riesgo. Y, como te he dicho antes, ese cansancio y esa taquicardia no me gustan nada, tampoco.
- La taquicardia no necesita tratamiento. Me hice unos exámenes hace ya algún tiempo, y me dijeron que no lo necesitaba, que solo debía evitar el alcohol, el tabaco y esas cosas.
Ella no contesta nada. Simplemente hace que me acueste en la camilla y empieza a extender el gel por mi vientre. Ella mueve el aparato sobre mi barriga y mira fijamente la pantalla.
- Tengo que preguntar algo- empiezo- ¿Cuándo se irán las náuseas?
- Cada embarazo va a su ritmo. Es normal que tengas alguna nausea.
- Y... ¿puedo ver qué es?

- Sí, está en una buena posición. Supongo que estás ansiosa por saberlo, ¿no?
- Sí. Me gustaría que fuera un niño... sería perfecto tener un pequeño Raúl.
- Siento decírtelo, pero parece que será una niña. Parece que está más o menos bien, pero tu condición la está afectando. Es muy pequeña. Está bien desarrollada, es decir, tiene todo lo que debería tener. Pero es demasiado pequeña, no llega a los 15 cm. Necesito que hagas las cosas bien.
- No quiero que le pase nada. ¿Él... ella está bien?
- Ella necesita que comas. Te necesita. Eres la única que la puede mantener con vida y no lo estás intentando.
- No te atrevas- le espeto-. No te atrevas a decir eso. Lo intento, de verdad. Pero no puedo comer más. Lo vomito todo. Y no puedo ni salir a caminar sin cansarme a los 15 minutos
- De acuerdo. No puedo creer que esté en el cuarto mes. Ni siquiera puedo creer que esté embarazada.
- Tu madre estaría orgullosa. Aún recuerdo cuando ayudé a que vinieras al mundo. De eso hace ya 28 años. ¡Cómo pasa el tiempo!
- Aún no se lo he dicho, ha estado enferma. Quizás esto ayude a que se recupere.
- Díselo, le encantará saber que tendrá una nieta. E ver si quedamos las tres, hace ya casi seis meses que no la veo. No nos vimos desde que se fue a ver a tu tío a Alemania, ¿cuándo volvió?
- Hace una semana, sufrió la gripe allí y ya sabes cómo son ellos, se cuidan el uno al otro, con lo cual, tío Esteban también se contagió y ella se quedó más tiempo con él.
- Tendrías que habérselo dicho. Habría vuelto en burra, a nado e volando si hiciera falta.
- Por eso mismo, tiene casi 60 años, no está para trotes.
- Tenemos 56. Y no estamos tan viejas, yo diría que nos encontramos en la flor de la juventud. A diferencia de ti. Come más, sal a pasear. Te hará bien.
- Lo haré- digo mientras me bajo la camiseta.
Ella se dirige a su escritorio y coge el teléfono.
Buenosdías, soy la doctora Laura Méndez. ¿Podríahablar con Javier Martín? 

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