PdV Klaus:
El día más feliz de mi vida
17 años atrás
Escucho a Hayley gritar desde la calle Bourbon. Es un grito de dolor, de un dolor desgarrador.
De un modo inexplicable sé que está dando a luz a nuestra pequeña. También sé que ambas están en peligro y que no estoy allí para protegerlas.
Una ira inhumana me envarga. Empiezo a correr a velocidad vampírica con el temor de no llegar a tiempo.
Me dirijo a la iglesia abandonada y entro con fuerza.
Al mirar en frente veo a la madre de mi hija allí tumbada, indefensa. Rodeada por esas miserables brujas. Mato a un par de ellas, pero las otras me inmovilizan contra la pared, mientras que la que ejerce de partera ayuda a traer a mi bebé al mundo.
De pronto oigo el llanto y se que es la cosa más hermosa que existirá jamás sobre la tierra.
Hayley grita, rogando por ver a la niña y cuando la tiene en brazos gira la cabeza hacia mí y me mira llena de orgullo.
Entonces lo sé. Sé que siente lo mismo que yo. Siente que juntos hemos hecho algo hermoso, el ser perfecto. Siente que la ama más que su vida. Igual que yo.
Esa mirada me da aliento. Aliento para oponerme a la magia que me apresa.
Pero la esperanza merma cuando una de las brujas, Monique, la degolló, y la madre de mi hija cae al suelo sin vida.
Y no puedo hacer nada. Solo quedarme impotente mientras veo como se llevan a mi pequeña.
Tras eso Elijah nos encuentra y salimos a buscar a la niña, una tarea difícil, pero gracias a Hayley, que se convirtió en híbrido por la sangre del bebé, y por lo tanto, está engendrada, logramos encontrar a la niña antes de que la sacrificaran.
De vuelta en casa, miraba a mi hija y a su madre sabiendo que no estaremos juntos. No por el momento. Sabiendo que mi hija crecerá lejos de nosotros, pero en las mejores manos. Manos a las que confiaría mi vida. Rebekah.
Meses después recupero a mi hija y ni Hayley ni yo podemos contener nuestra alegría. Es como si volviéramos a respirar. Como si nuestras almas, que se habían ido con nuestra pequeña, regresaran a nuestros cuerpos. Estamos de nuevo con vida.
5 años después.
- Papi- oigo decir a una vocecilla.
- ¿ Qué pasa?
- Mami y yo fuimos de compras
- Ah, ¿si?- me hago el sorprendido- ¿me has traído algo?
Ella sonríe, está preciosa, y asiente.
- Si, para hacer juntos - dice sonrojada.
La miro con atención y corretea hasta Hayley, que está parada en la puerta del salón sonriendo.
- Hemos comprado un marco para hacer un collage- dice Hayley.
- Sí. Hicimos eso - dice Hope dándole la razón a su madre.
- Y.... ¿ quién va a hacer el collage?- pregunto terminado el vaso de Bourbon.
- Tú, Papi- dice la niña como si fuera la cosa más obvia del mundo -. Es para poner en mi cuarto.
Me levando del sofá y cojo a la niña en brazos.
- Así que ese es tu regalo. Poner a trabajar a papá - digo haciéndome el ofendido.
- Sí- sonríe ella.
- Vamos allá. Hayley, ¿nos ayudas?
- Es un trabajo padre e hija. A demás, tú eres el artista. Yo soy pésima. Peeeero, tengo una sorpresa para después- dice dándose la vuelta-. Ah, Klaus, que quede bonito.
Con una modelo y ayudante tan guapa, por supuesto que sí
Pasamos toda la tarde buscando cartulinas, rotuladores y fotos de Hope conmigo. Este iba a ser solo nuestro recuerdo, de los momentos que pasamos juntos, sobre todo cuando era bebé. Ya que tiene un montón de álbumes de los últimos tres años. Y fotos de su madre y sus tíos por toda la pared de su cuarto.
Mientras pegamos y pintamos, ella se me queda mirando.
- Papá, ¿tu me quieres mucho, mucho?
- Por su puesto que sí, Hope- le contesto al instante.
- ¿Más que mamá?
- Mamá y yo daríamos la vida por tí, cariño. Sin dudarlo un segundo. Te queremos más que a nada. No podría imaginar un mundo en el que tú no estés. Ya no.
- ¿Y los tíos? Tito Lijah es muy raro, siempre se viste igual. Tito Kol es travieso, siempre hace cosas malas, pero es muy diver.- dice mi niña jugando con una pegatina de Winnie the Pooh-. Tía Bekah hace cosas de chicas grandes conmigo...
- Cosas de chicas grandes, ¿eh?- digo divertido.
- Si, probamos vestido y pintamos la uñas... Y nos pintamos los labios de rosa. Y compramos pendientes.
- Tía Freya nos acompaña siempre, pero siempre habla con Finn. ¿ Quién es Finn?
- Nadie, cielo.
¿ Por qué diablos Freya habla con él delante de Hope? Está muerto, casi. Es raro que lo tenga en ese collar...
- Todos te adoramos. Más que a nada. El día que entraste en nuestras vidas fue el más feliz de todos. Y tus tíos y yo somos muy viejos. Pero tú pusiste todo del revés. Puede que en esta familia no seamos perfectos, pero siempre te amaremos y cuidaremos. Por y para siempre.
- Eso es mucho tiempo- dice mi pequeña mirándome.
- Si, pero nosotros no somos normales, Hopie. Y tú también eres especial- ella me mira extrañada, pues aún no sabe nada del mundo sobrenatural, sus dones solo se manifestaron una vez, cuando era bebé, pero queremos protegerla del mundo sobrenatural.
- Cada persona, mientras vive, tiene su propio cuento, en donde están escritos sus deseos, sus recuerdos, sus sueños... El cuento de nuestra familia es muy largo. Se empezó a escribir hace muchos años, en el estamos tu, tu madre, tus tíos y yo, todas nuestras aventuras, que no son pocas, nuestros viajes, momentos felices, tristes... No importa como sean, porque al final nada es tan malo y de todas formas, en nuestro cuento, siempre hay un capítulo más.
- ¿ Y es un cuento bonito?
- Desde que apareciste tú, el más hermoso de todos.
Ella asiente y terminamos el collage.
Después, yo hice una cuadro con varias fotos que encontré de la familia con Hope.
- ¿ Así era yo?- pregunta desconfiada.
- Sí, ¿por?
- No sé, no me parezco.
- Has cambiado.Cómo debe ser. Ahora eres toda una damita. Vamos a enseñárselo a todo el mundo