sábado

Capitulo 5

2013
"Se os invita cordialmente a la próxima celebración que tendrá lugar en la casa Mikaelson este mañana al anochecer.
Un saludo,
La Familia Mikaelson."
- ¿Habéis recibido la invitación?- preguntó Damon.
- Sí. ¿Vamos a ir?- preguntó Elena.
- Sí- dijo Steffan-. Supongo que tendrá que ser por algo importante.
- Y no creo que sea muy sano rechazar un invitación del mismísimo Kol- dijo el profesor-. Ese tipo es un psicópata.
- ¡Pues a buscar un vestido!- aplaudió Caroline.
- Sí, igual vuelves a traer a Klaus al redil con un vestido sexy- se burló el Salvatore mayor.
- Cállate, imbécil.
Las horas pasaban y a las 19:30 del viernes, había un gran congregación de gente delante de la mansión en donde se celebraría la fiesta.
El grupo de los Salvatore se filtraba entre los invitados de la fiesta. Todo Mystic Falls se había preparado y acicalado para la familia de refinados y ricos ingleses que habían venido a invertir en su pueblo.
- Damon- llamó la alcaldesa- no quiero problemas. Lo digo en serio. La familia tiene un nuevo integrante. Me da igual lo que os parezca o como os siente. Calmaos.
- ¿Por lo menos sabes a quien le pides una pizquita de sal?
- Si la familia más antigua y letal de vampiros llega al pueblo, los recibo con una sonrisa. Mientras ellos quieran vivir en paz, no toleraré ni una sola falta más hacia su familia.
- ¿Cómo sabes que tienen un nuevo integrante?- preguntó Steffan.
- Klaus me lo dijo- aclaró la alcaldesa-. Lo presentará hoy en la fiesta. No tengo ni idea de quién es, pero parece ser que él le tiene mucho aprecio.
- Carnadaaaa- canturreó el ojiazul tan bajo que solo su hermano y Caroline le escucharon.
Steffan solo rogó interiormente que ninguno de los híbridos de su enemigo o el mismo Klaus le hubiera escuchado.
- ¿No sabes quién es?- preguntó la vampiresa rubia con un deje de celos.
- No lo sé, pero Klaus me pidió que le entregara papeles para prepararle un carné de identidad, pasaporte... cualquier cosa que pudiera necesitar.
- ¿Para qué quiere todo eso?- preguntó Alaric frunciendo el ceño-. Es un vampiro, no le hace falta tener pasaporte, puede ir a donde le dé la gana.
Elena iba a intervenir, pero se vio interrumpida al ver que los hermanos Originales bajaban la escalera de la estancia y se paraban a mitad de camino.
Elena iba a intervenir, pero se vio interrumpida al ver que los hermanos Originales bajaban la escalera de la estancia y se paraban a mitad de camino
Elijah hizo un movimiento de cabeza y los camareros que habían "contratado" aparecieron con copas de Champagne.
- ¿Dónde están los híbridos? ¿No están sirviendo los canapés?- susurró Jeremy.
- Se mezclaron entre los invitados- contestó Damon.
- Queridos invitados- habló Elijah-. Los hemos reunido aquí para celebrar la incorporación a la familia de una persona muy especial. Hermano- agregó cediéndole la palabra a Klaus.
- Sí. Se puede decir... que llevábamos tiempo esperando- dijo sonriendo y subiendo la escalera de nuevo.
Al llegar a la cima, sonrió hacia alguien que se escondía tras la pared.
Elinor suspiraba inquieta mientras escuchaba el barullo de la gente en la planta de abajo. ¡Habían venido muchas personas!
El día en que llegó, cuando Nik le permitió salir del cuarto, había acudido a Rebecca, su nueva cuñada en busca de entablar una relación cordial y con suerte, una amistad.
La blonda había sido extremadamente amable y gentil. Elinor se había atrevido a preguntar por su vestuario después de escuchar, durante una hora anecdotas de cuando Nik y ella viajaron por el mundo.
Rebecca escuchó todas las inseguridades de su joven y dulce cuñada, y no podía entender como alguien tan bueno y puro como ella se había fijado en algien tan bruto y ruín como su hermano, pero no se atrevió a preguntar.
Ahora Elinor se iba a enfrentar a toda esta gente, y aunque intentaba recordar los consejos que le había dado su nueva amiga, parecía que se le escapaban de la mente.
Su respiración se aceleró cuando escuchó la voz de Nik y vio su mano extendida, esperando pacientemente a que ella la cogiera.
Respiró hondo y se obligó a enderezar la espalda y cuadrar los hombros, hebía sido educada desde niña para ser una dama de sociedad, por mucho que cambiara la vestimenta, como le había mostrado Rebecca en esas.... ¿revistas? las pautas de la buena educación seguirían siendo las mismas.
Se dibujó una sonrisa en el rostro y salió de su escondite para tomar la mano de Nik.
Klaus miró a su esposa y se quedó embobado, no la había visto en todo el día, ya que su hermana la había raptado solo para ella.
Su Eli estaba risueña y hermosa, llevaba un largo vertido turquesa de seda con encaje en el busto adornado con pequeños brillantes.
Su precioso pelo iba recogido en un moño pero, aunque estaba hermosa, a él le gustaba como sus mechones caían sueltos por su espalda cuando caminaba, odiaba que ella se lo atara.
Klaus cogió la mano adornada con un brazalete de diamantes y pequeños zafiros xon unos pendientes a juego.
Él echó en falta la alianza que le había puesto en el dedo 3oo años atrás, y decidió que ese era un buen momento para devolvérselos.
Desde la planta baja, lo único que la gente veía era a una adolescente hermosa, quizás la hermana pequeña de los hermanos. La verdad era que cada persona en la sala tenía su propia teoría, pero todo el mundo coincidía en una cosa, incluso el grupo de amigos que se habían dedicado a luchar contra la familia desde el momento en que llegaron al pueblo.
Pero no fue hasta que el híbrido volvió a hablar que las exclamaciones de sorpresa y celos (tanto por Klaus, como por su acompañante) recorrieron la sala.
- Tengo el inmenso honor y placer de presentarles a mi adorada esposa, Elinor.
Klaus rebuscó en el bolsillo interior de la chaqueta de su traje y sacó una pequeña caja recubierta de terciopelo.
- Ruego que este pueblo le de una calurosa y afectuosa bienvenida. Ha estado lejos de casa durante mucho tiempo.
Acto seguido, frente a todos los presente se arrodilló y abrió la caja frente a ella.
Incluso desde abajo se podía ver los brillantes y hermosos anillos de platino a juego.
Elinor volvió a ver ese complemento que tanto había echado en falta, como si fuera parte de su propio cuerpo
Elinor volvió a ver ese complemento que tanto había echado en falta, como si fuera parte de su propio cuerpo.
- Es hora de devolveré esto, amor- dijo el poniendo el delicado anillo con brillantes en el dedo anular su mano izquierda mientras ella hacía lo mismo con el otro anillo.

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