Despues de que papá me hiciera esa promesa, que en el fondo sabía que iba a cumplir "a su manera", como todo lo demás, decidí preparar mis cosas. Si algo me quedó claro en los 17 años de vida que tengo, es que cuando Klaus Mikaelson, o básicamente, cualquier miembro de la Familia Original, los seres más fuertes del mundo, dicen que es de salir por patas, probablemente, la mejor opción sería mudarse de planeta, de galaxia o de universo, si fuera posible.
Aun no puedo comprender a que le temen tanto, son cinco seres sobrenaturales ultra poderosos, inmortales y milenarios. Definitivamente debe ser algo aterrador.
El tiempo pasa más rapido de lo que me había imaginado. Mamá y tía Beks me ayudaron a meter mis cosas a la camioneta y papá obligó a un chico humano, Bradd, ex fuerzas especiales a estar detrás de mi todo el tiempo, día y noche, noche y día, a cada segundo, de cada minuto de cada hora del día. De hecho creo que no lo mandaron a dormir conmigo porque ellos son unos malditos e insufribles celosos.
Mi mamá y mis tías intentaron convencer a "los chicos", como los llama tía Beks de que me dejaran un poco a mi aire, pero no hubo forma.
También insistieron en que tía Freya y Davina me hicieran un hechizo de protección. Este lo inventó Tito Kol. En realidad es una pena que no pueda practicar magia, él es un hacha en eso.
Le prometí que, en cuanto yo pudiera practicar él sería mi maestro, y juntos encontraríamos la forma de que el pudiera hacer magia también. De hache aún tengo esa idea entre ceja y ceja. Y por mis dedos gordos de los pies que lo voy a cumplir.
Cada vez que lo menciono él simplemente se ríe y me abraza.
*Recuerdo*
- Sé que lo conseguirás, mi nenita- dice meciéndome- Eres toda una princesa guerrera. Pero no deberías bromear con los dedos gordos del pie, parece ser que son muy importantes para caminar de pie y todo eso- bromea.
- Lo voy a conseguir, ya lo veras- digo dándole un beso en la mejilla.
*Fin del Recuerdo*
Él tal Bradd me lleva a la camioneta, pero yo me "escapo" para ir corriendo a abrazar a mi familia. Mamá me abraza y me susurra un "te quiero", lo mismo sucede con mis tías, incluso Davina y Camille han venido a despedirse de mi. Después de una charla rapidita de las bebidas alcohólicas las drogas, las fiestas, el sexo, ect. "Mis chicos" se acercan a mi.
- Sobra decir que nada de drogas y alcohol- dice tito Lijah, me encanta llamarle así. Nunca me dice que no a nada cuando lo llamo así.
- No quiero enterarme de que andas de fiesta en fiesta por ahí, cielito- dice serio Tito Kol- Nada de chicos, todos son unos degenerados pervertidos.
Yo los miro a los tres. ¿En serio? ¿Degenerados?
- No creo. ¿Como van a ser todos unos degenerados?
- Los degenerados reconocemos a otros degenerados- sueltan los tres al mismo tiempo.
- No nos hace falta ni verlos- dice tío Kol.- Si se fijan en tí lo son sin ninguna duda.
Me quedo pasmada. ¿Eso es un insulto?
- ¿Qué?
- Que si se fijan en una niña como tu- dice papá- es que tienen una mente enferma. Por favor, si eres solo un bebé.
- Yo no...
- Un bebé- me interrumpe de nuevo papá- He dicho. Si ya parece que estoy viendo a esos desgraciados intentando abusar de ti. Mi adorada cachorra.
- No empecéis a montar cosas raras en vuestra cabeza- dice tía Beks metiéndose en la conversación-. Los únicos que tienen mente enferma aquí sois vosotros.
- Como sea- dice tito Lijah- Di no al alcohol, las drogas, y los chicos. A parte, te queremos entregar esto.
Coge una cajita que hay encima de la mesa y de dentro saca un teléfono móvil.
- Pero ya tengo uno.
- Este es solo para que hables con la familia. Llámanos solo desde este móvil hasta nuevo aviso- suelta papá- Bradd te lo explicará. Y no le des este numero a nadie, Hopie. Los nuestros ya están grabados en la memoria, y el de Bradd también.
- Ahora- dice Lijah serio- se buena y ben a abrazar a tu tío favorito- dice con una sonrisa.
- Gracias por cederme el sitio, hermano- bromea Kol abrazándome y alzándome en volandas para dar vueltas.
Tito Lijah no dice nada. Simplemente me sostiene contra su pecho y me besa la frente, para luego dejarme ir.
Papá, por su lado, me aparta el pelo de la cara y me sonríe.
- Te quiero mucho, cariño- dice para besarme en la frente.
Yo lo abrazo y me recargo en él como si fuera una niña pequeña.
- ¿Me vendréis a visitar?
- No hasta que termine todo esto.
- ¿Pero tardará mucho tiempo?
- No lo sé, cielo. Pero no iré a verte hasta que acabe el trabajo. Así de simple. Nadie te hará daño. A demás, no podemos arriesgarnos a que nadie nos vea contigo y descubran quién eres. Por eso es por lo que Bradd está aquí.
- Bradd- llama tía Freya- Hay un hechizo de invisibilidad en el coche, cuando crucéis esta puerta nadie será capaz de veros ni localizaros, ni siquiera nosotros. En esta dirección- dice entregándole un papelito- en la cabina 126 hay un totem que deshará el hechizo si se rompe. Antes de llevar a Hope a ninguna parte debes ir allí. No podemos permitir que nadie fuera de esta sala piense algo raro de Hope. Hemos alquilado para ti el apartamento de al lado. Sería demasiado extraño que vivieras con ella en apartamento vosotros solos, sobre todo si solo suelen aceptar estudiantes y por lo que tenemos entendido, en ese edificio no se permite mezclar ambos sexos en una sola vivienda.
- Cuida de mi hija- dice mamá- o te mataré yo misma.
El tipo solo asiente. No sé como no se está meando en los pantalones. Hasta YO, que soy soy prácticamente (bueno no, perdón, literalmente), la princesita / nena pequeña / tesoro de la familia tengo un pelín de miedo cuando hablan así. Sobre todo mi madre, ella nunca habla así.
Minutos después nos subimos al coche y ponemos rumbo a nuestra siguiente parada.
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