PdV Hope
Los días van pasando y noto a mi familia extraña. Están escondiendo algo.
- Hope-dice oigo detrás de la puerta- Soy Amanda. Liliana y yo vamos a bajar a dar un paseo por la ciudad, ¿Quieres venir?
Me siento muy tentada a decir que sí, aunque sé que no debería hacerlo. Tras pensarlo unos momentos, accedo.
- Volveremos pronto a casa, ¿vale?
- Prometido- dice Liliana aplaudiendo.
Me planteo avisar Super-Bradd, pero ya llevo varios días aquí y no ha pasado nada. Por salir un día sin acosador no pasará nada, ¿verdad?
- Y ¿qué haremos?- pregunto.
Amanda va a contestar cuando a Liliana le llega un mensaje.
- ¡Alto el mundo!
La miramos extrañadas, pero ella se concentra en el mensaje que acaba de recibir.
- Fiesta. Party. Hoy. De noche. Casa de Roy. Será genial.
Ellas parecen super entusiasmadas, y no es para menos, Roy es muy popular y encantador.
- ¡HOPE, TÚ VAS!-dicen las dos al mismo tiempo, hay veces en que parecen una sola mente.
- No puedo. De verdad.
- ¿Pero por qué?- grita Liliana.
- Porque lo prometí.
- Por favor, solo será una vez. Después podrás seguir siendo una monja- dice la pelirroja.
- A demás, a Roy le gustas, habla mucho de ti. Vamos, si no hay más que verte, eres preciosa.
Ya no me pongo tan colorada por sus piropos, pero aún así me sonrojo un poco.
- Pero... Aunque quisiera ir, que no quiero. No tengo nada que ponerme.
- Nos vamos de compras. Manda y yo también tenemos que renovar el armario.
Mientras hablan de la fiesta, caminamos por el parque y, sin poderlo evitar, miro hacia un puesto de helados.
- Hope, ¿qué te pasa?- pregunta Amanda.
- Yo... ¿Podemos parar un momento? Me gustaría tomar un helado.
Ellas se miran extrañadas. No me habían visto comer nada muy dulce o muy picante.
- ¡Claro!- dice Liliana contenta- Empezaba a pensar que eras una especie de extraterrestre. No existe nadie al que no le guste el dulce.
Nos paramos delante del puesto y miro indecisa los 18 sabores que ofrecen.
- ¿Cuál creéis que estará más bueno?
- Yo voy a coger uno de Stracciatella- dice la rubia.
- El mío será de coco.
Arrugó la nariz al escuchar la palabra coco, no me gusta como suena, y ciertamente, no me gusta su apariencia.
- Probaré ese de Stracciatella. ¿ Qué lleva?
- Una especie de nata y chips de chocolate.
Cojo mi tarrina desechable, pago y nos vamos a sentar a un banco.
Cuando acabamos el helado, me siento un poco pesada, pero las chicas me arrastran a las tiendas que hay por la zona.
Tras tres horas de búsqueda insaciable, encontramos nuestros vestidos perfectos.
A las 18:45 volvíamos a estar en casa. Estaba a punto de llamar a papá cuando me entra un mensaje de Bradd.
" ¿Estaba bueno el helado?"
Me sonrojo instantáneamente. ¿Cómo lo supo?
"No salgas de nuevo sin avisarme."
Rápidamente le escribo un mensaje avisándole de que esta noche voy a salir.
Después, antes de que llegue la respuesta llamo a mi padre.
- ¡Papi!-digo cuando contesta.
- Hola, cachorra. ¿Cómo estás? ¿Se portan bien contigo?
- Sí, papá. ¿Pero no deberías preguntar si me porto bien yo?
- Tu eres un ángel cariño. ¿Qué hiciste hoy?
- Fui a clases y a pasear. Después fuimos de compras y ahora...
- ¿Ahora qué?- interrumpe él.
- Me invitaron a una fiesta... Me compré el vestido...
- No.
- Si.
- Dije que no. Eres muy joven.
- No puedes impedirlo. Me apetece mucho, papi. Porfi.
Lo oído rabiar a través del teléfono y a lo que creo que es mamá reírse a carcajadas. Después de un momento, escucho una voz masculina diferente a la de mi padre.
- ¿Quién da la fiesta?
- ¿Cómo?
- ¿ Un chico o una chica?- pregunta tío Kol.
- Un chico.
- No puedes ir- dice con voz solemne.
- Sí voy. A demás como pretendéis que no valla, estáis al otro lado de...
Inmediatamente me arrepentí de lo que dije. Cuando escuché el sonido del teléfono cuando colgaron supe que mi suerte estaba echada.
- Hope, ¿Estás lista?
- Un momento.
Me apresuro a cambiarme, quizás ya estamos fuera para cuando lleguen.
Después de 10 minutos cogí el abrigo y salgo de la habitación.
En el salón me espera Amanda.
Y Liliana sale de la cocina con un trozo de chocolate en la boca.
Cuando me dispongo a abrir la puerta, choco contra un pecho duro y amplio.
- ¿A dónde te crees que vas, princesita?
- Hola- dice Liliana coqueta.
- Hola, amor- contesta él de la misma manera.
- Chicas, os presento a mi tío Kol.
- El fiestero- dice alegre Liliana.
- ¿Qué hace aquí?- pregunta Amanda un poco tosca.
- Vengo a la fiesta- dice sin apartar los ojos de los míos, aunque no por mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario