sábado

Capitulo 1

Marzo 2013
Klaus. El híbrido. El Inmortal. El demonio en forma de hombre.
Sin perder tiempo cogió por el pescuezo a la bruja Benett y la arrojó contra la pared.
- ¿Qué parte de "no toquen a mi réplica" es la que no habéis entendido?- preguntó él exasperado.
- No dejaré que le hagas daño. ¿No te bastó con sacrificarla...?
Iba a responder, cuando se repente un mensaje de fuego aparece frente a él.
La bruja le mira sorprendida e intenta cogerlo, pero me adelanto.
Miro atentamente el estampado dorado de la hoja y el escudo que resaltaba en él.
"Hace años que dejé de esperar noticias de ella", pensó el híbrido con tristeza.
Sin más dilación, Klaus extendió la carta y leyó su contenido.
"Ha despertado, pregunta por ti. ¿Qué hago?"
Rápidamente rompió la nota, la tiró lejos y antes de que la bruja pudiera reaccionar desapareció del edificio.
"Ha despertado"
El Antiguo corrió a toda prisa hasta si coche y emprendió el viaje a Nueva Jersey sin importarle el no-tan-discreto espionaje del ojiazul.
Dentro del edificio, la morocha recogía los trozos de papel que había tirado su enemigo sin presentar atención al hermano mayor Salvatore, que entraba por la puerta.
- ¿Qué ha pasado?- preguntó él desconcertado.
- No lo sé. Iba a ponerle la marca cuando le llegó un mensaje de fuego- dijo levantando los trozos-. Después de leer lo que ponía aquí, se marchó como alma que lleva el diablo.
- Y... ¿Qué pone?- preguntó el vampiro meneando las cejas.
- Aún no lo sé. Vamos. Podemos leerlo con los demás.
Damon resopló, pero siguió a la bruja, y quince minutos más tarde estaba todo el grupo reunido en la mansión Salvatore mirando atentamente como Alaric pegaba los trazos de papel.
- ¿Alguna idea de quién ha despertado?- preguntó Elena.
- ¿Otro hermanito Original?- aventuró Damon.
- No lo creo- dijo Alaric-. Mirad el escudo estampado en la hoja.
Todos miraron con atención y se fijaron, por primera vez en logo.
- Un escudo de armas.
- Una casa noble de Europa. Podría ser de cualquier país, esa gente ha estado en todo el mundo- comentó Stefan-. Y no vamos a ir a preguntarles, ¿o sí?
- Creo que hay una forma más sutil- dijo su hermano mirando atentamente a Elena.
- No- dijo esta última-. No le vamos a pedir ayuda a ella. Ni lo pienses Damon.
- Será una fiesta genial- dijo el ojiazul-. "Reunión de replicas".


A cientos de quilómetros de allí, Klaus se bajó del coche e ingresó a la clínica en donde habían mantenido el cuerpo su cuerpo preservado por más 300 años.
- ¿Cómo está?- preguntó el híbrido a la bruja pelirroja que lo esperaba fuera de la habitación- ¿Qué ha pasado?
- Tus médicos dieron con la cura. Tuve que deshacer el hechizo para que ella pudiera sanar.
- Quiero verla.
- Ahora duerme. El medicamento... le genera dolor. Tuvieron que sedarla.
Al oír que ella sufría, al original le hirvió la sangre.
- Dicen que solo durará un par de meses. Quieren inducirle un coma para que no sufra. Dicen que es necesario. Al parecer, los umbrales del dolor superan los que el cerebro puede soportar. No quieren que colapse. Te temen demasiado como para arriesgarse a un error.
- Sigo queriendo verla.
- No quieren que te la lleves. Según el jefe de médicos, ella es el mayor descubrimiento medico del siglo. Van a intentar quedársela- le confió la bruja.
- Amanda- le dijo él-. Si alguno de esos idiotas sugiere algo así, quiero que les dejes claro quien manda aquí y que les des esta mensaje: "Mi mujer, es mía. De nadie más."
- Mi deuda queda saldada en cuanto ella se recupere.
- Por supuesto. Pero... ¿no te quieres quedar con ella? Pensé que la querías.
- Y la quiero, por eso he estado a su lado todos estos años. Pero tu y yo sabemos que esto me está pasando factura. El estar vinculada a ti no me otorga la inmortalidad, Híbrido. No sin pagar un precio, y este sube con el paso de los años. Ya es hora de descansar.
- Ella necesitará a alguien conocido aquí.
- Te tiene a ti...
- Temo, que cuando despierte y vea en lo que me he convertido, ya no sea suficiente el amor que le tengo.
- ¿Hay otra?
Al escuchar la pregunta de Amanda, esa bruja con la que compartía energía y a la que había conocido como amiga de su amada Elinor, se le pasó por la mente el rostro de la joven vampiresa rubia que le había cautivado durante su estadía en Mystic Falls.
- Estamos conectados, bruja. Sabes todo de mi.
- La tal Caroline... no le llega ni a los talones a Elinor. Mira bien lo que tienes delante de las narices. Eli es una dama, una señorita. Creció educada para ser una señorita de sociedad, lo único que ama eres tu. No pierdas eso solo por un calentón.
Klaus guardó silencio mientras la pelirroja lo acompañaba a la habitación.
Al traspasar el umbral de la puerta, se la encontró allí, frente a frente, dormida. Parecía una muñeca de porcelana, suave y delicada, descansando sobre un colchón.
Él atravesó la habitación y alargó la mano para acariciarle la mejilla.
- Sigue exactamente igual a aquel día.
- No ha envejecido ni un solo día. Como tu me pediste.
Klaus no contestó, solo se quedó observando a la chica que dormía frente a él. Después de todas esas décadas, seguía aparentando diecisiete años, tan adorable como aquel que fue el día más feliz y desdichado de su existencia.
Febrero 1708
- Ya está hecho- le dijo él sonriendo.
- Sí. Estaremos juntos para siempre ahora.
- Eres preciosa, Elinor.
Ella soltó una de sus alegres y melodiosas risas.
- Tu también eres muy atractivo.
Ella se acurrucó en su pecho, esperando que él envolviera sus brazos a su alrededor.
Ella había pasado todo el día feliz y animada. Había correteado alegre de un lado a otro, conversando con sus amiga y paseando colgada de su brazo.
Había estado rebosante de dicha, pero el avance de la enfermedad había refrenado su vitalidad y sus ganas de festejar.
El cansancio y la fatiga iban velando sus ojos a medida que pasaban las horas, pero él jamás se imaginó que la celebración y la emoción la había debilitado tanto.
Klaus se tensó al oírla toser a su lado, pero el horror no se reflejó en su rostro hasta que estiró la mano hacia ella, para frotarle la espalda y la miró para comprobar su estado.
Una corriente helada le recorrió la espalda y le congeló la sangre. Ella se limpió rápidamente la sangre que le salía de la boca, fruto de esa tos tan seca y perjudicial que le desgarraba la garganta.
- Eli...- dijo él intentando sostenerla.
Ella lo miró con pesar, como pidiéndole perdón por padecer de esa manera. Como si fuera culpa suya.
Klaus vio que sus labios se movían intentando dar voz a la culpa que cruzaba por sus ojos, pero sus palabras se quedaron atascadas en un jadeo mientras ella caía en sus brazos inconsciente.

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