sábado

Capítulo 3

Los días pasan y papá sigue obsesionado con que no voy a estar a salvo fuera.
- Puedes ir y venir todos los días- argumenta el tío Kol.
- No, no puedo- digo ya cansada-. Por favor, vendré todos los findes a casa, lo prometo. A demás, si estoy en una residencia no estaré sola nunca, y si estoy en un departamento lo compartiré. Os juro que serán compañeras super majas....
Papá me miraba inexpresivo. No sirve de nada.... Casi me doy por vencida cuando escucho un revuelo en la entrada del complejo.
- Sobrina queriiiiidaaaaa.
- Tía Bekah- digo corriendo hacia ella.
Ella me abraza, me levanta en vilo con su super fuerza de vampiro y me hace girar como si fuera un niña pequeña. Me encanta este juego. A demás, esa fuerza es poder femenino, hace falta en una familia de hombres rudos y machotes como esta.
- Tía Bekah, ¿a que tu estás de mi lado?
- Síp- contesta ella sin dudarlo.
- Ni siquiera sabes lo que quiere- se queja tío Elijah.
- No me hace falta. Ella es la inteligente de la familia, aparte su madre y de mi, por supuesto. Pero sin duda es más lista que vosotros tres juntos- dice girándome un ojo.
Yo sabía que se estaba pasando con ellos, sin duda alguna yo soy la menos sabia de esta familia, más de mil años de existencia no son de balde. Pero de verdad que quiero ir a la universidad.
- Tranquila, sobrina. Las chicas tenemos que apoyarnos.
- Quiere irse a estudiar fuera. Según ella sin nosotros al rededor...-dice enfadado tío Kol.
- Y tiene razón- contesta mi tía-. Es una adolescente, necesita vivir una vida normal, con experiencias normales. Debe aprovechar ahora que no se ha despertado su parte sobrenatural, al fin y al cabo solo quedan unos cinco años.
- Por eso- dice tío Elijah-. No podrá defenderse si alguien la ataca. y si nosotros no podemos llegar a tiempo por si...
- Por si nada- espeta mamá entrando en el complejo con una bolsa pequeña en la mano-. Va a ir. No te quedarás en una residencia. Buscaremos un piso de alquiler.
- ¿Por qué?- preguntamos todos a la vez, excepto tía Bekah.
- Obvio- responde la rubia-. Es más divertido. No quiero que nadie controle a mi sobrinita, eres lo suficientemente responsable para saber lo que debes hacer, tu madre y yo nos fiamos de ti.
- Yo no.
- ¡Papá!- digo indignada-. Por favor. ¿Qué he hecho tan horrible para merecer esto?- digo dramática.
Empiezo a dar vueltas hasta "caer desfallecida" en brazos del tío Kol, que me mira sonriente.
- ¿No te parece abrumador, tío?- digo cogiendo su rostro entre mis manos-. ¿Qué hice yo para merecer tal castigo? Tal desconfianza. Me hiere profundamente.
- Lo que me parece a mí- dice este riendo- es que eres una "teatrera" y como actriz no tienes precio.
- ¿Estoy más cerca de mis estudios universitarios no obligatorios en Tulane?
- No- contesta papá.
- Pero ¿por qué?- pregunto exasperada-. Dame una razón que no sea la "no" maldad infernal en la que está sumida el planeta Tierra.
- La "no maldad", como tu la llamas no es la única razón. ¿Qué pasa si enfermas? Eres la persona a la que más le duele la tripa de todo el mundo. Si hay veces que lo único que haces es rebozarte en la cama como una croqueta. Que ni te puedes poner de pie.
Me quedo callada. la verdad es que tenía razón. Siempre había tenido muchos problemas con el vientre, desde pequeña. De bebé vomitaba tanto que me operaron del estómago, siempre he tenido problemas. Mis padres me llevaron a hacer un montón de pruebas, pero biológica mente todo estaba bien.
La familia entera está muy preocupada, confieso que yo un poco también. En unos años tendré que empezar a incluir sangre en mi dieta, y no sabemos como me afectará eso.
- Llamaré si me pongo mala. Lo prometo.
- ¿Y si te partes el cuello en la ducha?
- También puede pasar aquí- dice tía Beks-. Queeee.... ojalá que no pase- agrega al instante al notar que todos la miran.
- No me gusta...
Suspiro y lo miro a la cara.
- Por favor.... No invitaré a nadie a pasar... Llevaré puesta verbena todo el tiempo...
Papá va a contestar, pero su teléfono móvil empieza a vibrar. Cuando ve que se trata de un número oculto frunce el ceño, pero contesta igualmente.
- ¿Si?
Se produce un enorme silencio y deduzco que la otra persona está hablando. En momentos como este me gustaría ser vampiro, los demás se lo pasan pipa con sus super sentidos, su super fuerza y velocidad, ect. Y yo aquí muerta de asco sin poder ir a la universidad.
De todas formas quiero saber quien llama a mi padre. Lo admito, a demás de ser cotilla, que lo soy, soy ultra celosa con mi familia, especialmente con papá. ¿Para qué negarlo? Me encanta ser la princesa de la casa, a veces me ponen de los nervios, pero los adoro igual, y me encanta que me adoren a mí también. Papá dice que... de hecho todo el mundo lo dice, que me parezco a él en eso.
Pongo mi atención en mi padre de nuevo y noto que su semblante está serio. Más serio de lo que lo vi jamás en mi vida. y  se puso serio demasiadas veces. Podría jurar que aún me duele el trasero desde aquella vez que salí de casa yo sola con ocho años, eso que solo quería ir a comprar unas flores que vendía la señora que vive en frente. Jamás volví a hacer cosa semejante.
 Jamás volví a hacer cosa semejante
- Papá, ¿qué pasa?
Él solo mira a los demás. De repente, tío Elijah y tío Kol salen disparados del complejo, tía Beks se dirige al sótano. Jamás supe lo que hay ahí dentro. y creo que nunca lo voy a saber. Ni siquiera sé si quiero...
Mamá, por su parte me agarra del brazo y tira de mi hacia atrás.
- Hope, acompáñame. Vamos arriba, a tu cuarto.
Papá seguía al teléfono, sin pronunciar palabra, cuando de repente, la ira transforma su rostro en el de un animal despiadado, listo para atacar...
- Si te atreves a tocarla, a tocar a cualquiera de mi familia, te juro, Lily, que desearás la muerte.
- Papá- lo llamo inquieta, un poco asustada- ¿qué pasa? ¿Quién es esa Lily?
- Escúchame, Hope. Te quiero- dice avanzando hacia mí apretándome contra él.
- Klaus...

No hay comentarios:

Publicar un comentario